jueves, 11 de agosto de 2011

¿Crees en el destino, Caperucita?




Yo sí, en cierta forma y desde siempre, pienso que nuestras acciones nos llevan hacia algún lado, y solo los previsores o inteligentes saben cómo conducir esas acciones hacia el destino que quieran...En otras palabras, somos dueños de nuestro propio destino, en cierta forma. Pero hay cosas de las que no nos damos cuenta, cosas buenas o malas que el destino quiere que sean así, y de las que no podemos escapar, como la misma muerte o el amor, por ejemplo. Quizás en tu vida te cruces con personas maravillosas, de casualidad, a las que dejas pasar y volar en un momento para no volver a verlas, como si perdieses el último tren de la estación, y personas con las que no esperabas cruzarte en tu rumbo, y que llegan pisando fuerte dejando su huella en tu espíritu.


¿Quieres saber mi teoría? Yo te necesitaba. Y te necesito. Mi vida está llena desde hace algún tiempo, pero siempre necesité algo más, a alguien más. Hay cosas que guardo para mí, muchas cosas que no creo importantes como para que nadie más las sepa. Quizás el nombre adecuado para llamarlo sean secretos, secretos no solo de palabras, sino de sentimientos. ¿Todo el mundo tiene secretos, no? Muchos pensamientos, emociones o ideas que rondan mi cabeza y que no veo necesario contar… ¿Para qué molestar a los demás con “mis cosas”? En el mundo en el que vivimos cada cual tiene de sobra con sus propios problemas. Pero yo reconozco que necesitaba más apoyo del que ya tenía, aunque suene egoísta o ambiciosa, quizás necesitaba a alguien a quien pudiese proteger yo, ya que siempre he sido así, protectora, puede que un poco posesiva en estos temas, y eso es por tu culpa. Nunca lo he sido, y es un sentimiento que creí que no tendría nunca. Tú has conseguido que aflore, y tan fuerte que ni yo misma lo entiendo. ¿Por qué te quiero solo para mí? Quizás esa no sea la pregunta…Quizás la pregunta es, ¿Por qué no puedo tenerte solo para mí? Muchas veces siento que si así fuera, si pudiese meterte en el bolsillo, o en la mochila, y cargar contigo cada vez que yo eligiese un rumbo, estoy segura de que elegiría el camino correcto sólo porque estás conmigo, solo por protegerte, por proteger lo que nos une, sea lo que sea.

Quizás por eso nos hayamos encontrado, ¿No? Porque ambas nos necesitamos, y pudimos ver la oportunidad que teníamos delante de nuestras narices...Aunque yo no era consciente de ello. Tú simplemente apareciste sin previo aviso, me atacaste por la espalda y ni siquiera me di cuenta... Simplemente apareciste como una de esos cometas que pasan por la atmósfera cada 500 años, que solo las verás con suerte una vez en toda tu vida, y que su simple imagen puede alegrarnos la existencia, creer que podemos hacer cualquier cosa, que nuestros sueños se hagan realidad...Quizás sea así contigo porque sé que eres una de esas personas que no voy a volver a encontrar, una persona que apareció por sorpresa y de la que me alegro de haberla sujetado antes de que se fuera volando lejos de mí...Aunque en este caso creo que me sujetaste tú a mí, ....

De igual forma… Te prometí muchas cosas, Caperucita. ¿Recuerdas algunas de ellas? Te protegeré, haré lo posible por hacerte feliz, te llevaré algún día conmigo, a donde me pidas, a cualquier parte… Pero quizás la promesa que mantengo más firme es hacernos a ambas protagonistas de nuestra propia historia, de nuestro mundo a parte, donde Caperucita y el Lobo son más reales de lo que parece, donde los vínculos de amistad rozan el límite de nuestra lógica, y donde ambas sabemos que somos capaces de cualquier cosa, ¿Verdad? Juntas. Y esa es mi meta, que ha dejado de ser sueño,…Juntas.

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