jueves, 11 de agosto de 2011

¡Sueños!


En ocasiones me pregunto, ¿Qué habré sido en otra vida? Quizás haya sido una de esas personas que ahora quiero llegar a ser, o quizás una de esas personas que desde siempre he detestado. ¿Quién sabe? Quizás haya tenido muchas vidas, demasiadas como para ser contadas, y cada una de ellas debió de ser diferente. ¿Puedes imaginártelo? Un montón de vidas donde puedes llegar a ser cualquier cosa, aunque luego no lo recuerdes. ¿No sería genial poder recordarlo?

Imagina que soy, ¡No sé, cualquier cosa! Astronauta. Aunque astronauta es uno de esos sueños que todos tenemos de niños, poder llegar al universo y tocar las estrellas. Solo que las estrellas no son lo que pensamos que son cuando tenemos cuatro años. ¡Ahora piensa que soy soldado! ¡Una de esas mujeres duras y con sus ideas claras, de fuerte determinación y agilidad! Claro que siempre pueden torcerse las cosas. Un puñado de vidas para ser cualquier cosa, ¿No sería genial?

¿Cuál es tu sueño ahora? Porque, quizás, en todas tus vidas ese sueño se haya manifestado a lo largo de los años que has vivido, puesto que aunque hayas elegido caminos diferentes en algún momento, los sueños son siempre sueños, ¿Verdad?, y todos dependen de la persona. Yo estoy segura de que he llegado a cumplir mi sueño miles de veces, aunque no lo recuerdo: Viajar a Alaska con tan solo una mochila al hombro, un par de mudas de ropa y dinero suficiente como para sobrevivir. ¡¿A que es genial?! Esa es mi mayor meta, mi sueño más difícil de realizar, aunque nunca imposible, ¡Nada es imposible!

Creo que una vez me contaste que tu sueño era tener una vida pacífica, sin el más mínimo problema. Una vida tranquila, con un trabajo tranquilo y en una casa tranquila. Una vida rutinaria, pero que fueses capaz de salir de esa rutina cuando mejor te parezca. Eso también es un sueño admirable, ¡Y quizás más difícil de conseguir que mi sueño de ir a Alaska! Pero quizás lo que más me sorprendió de tu sueño no fue que no fuese uno de esos sueños banales, y comunes entre todo el mundo. Lo que más me sorprendió de tu sueño es que yo formase parte de él, que esa vida tranquila la quisieses formar conmigo, y que sin mí no veías un sueño mejor, o un sueño mayor que ese. En otras palabras, me dijiste que tu sueño era yo, más o menos. Y después de darle muchas vueltas me he dado cuenta de que tú también eres el mío. Puede que no todos mis sueños giren en torno a ti, pero… ¿Qué sería mejor que realizarlos junto con la persona que quieres? Quizás en mi sueño, propiamente dicho, tú no tienes lugar, quizás el hecho de ir a Alaska sola sea mi verdadero sueño…Pero ahora entiendo que ese sueño dejaría de serlo si tú no formases parte de mi vida en ese entonces, si tú no estuvieses ahí para decirme “¡Eh, lo has conseguido preciosa!”, o para darme un beso de bienvenida. ¡Pero yo también tengo sueños más pequeños que ese! Tener un trabajo y una casa que pueda compartir contigo, poder hacer cosas tan comunes como preparar de comer para los dos, incluso el hecho de que se me olvide ponerle sal al arroz…¡Sería adorable vivir un día a día contigo con todo lo que ello incluye, los buenos y los malos momentos diarios! Y que por supuesto los dos vivamos con una sonrisa en el rostro por, al menos, haber completado algún sueño en común.

Porque al menos tenemos eso Elros, sueños comunes. Y no nos hace falta lo que todo el mundo busca últimamente, no nos hace falta ser iguales o parecidos a nadie, y mucho menos ser una pareja reconocida por el hecho de ser mejor o peor que otras. Ya tenemos lo que nos hace falta, a nosotros mismos.


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